Siguiendo nuestra línea de artículos destinados a la seguridad, es obligado dirigir la mirada hacia un viejo enemigo de la seguridad en las operaciones aéreas, las cenizas volcánicas. Hay múltiples estudios sobre las cenizas volcánicas y su peligrosidad en la aviación. Esta peligrosidad está basada en el alto poder abrasivo de las cenizas y en el pequeño tamaño, que les permite penetrar en partes sensibles de diversos sistemas de la aeronave.
¿Cómo son las cenizas?
Desde un punto de vista geoquímico la composición de las cenizas, según diversos estudios, está formada por diferentes tipos de Óxidos (Silicio, hierro, Aluminio, Calcio, Potasio, …), su abundancia en uno u otro elemento va a depender de la composición del suelo de la zona del volcán. Siendo los más abundantes los de Sílice y Aluminio, alcanzando desde un 75% al 85%. Esta composición de óxidos es muy semejante a los vidrios comerciales, por lo tanto, tenemos un material muy abrasivo y con temperaturas de fusión del orden de 1400 ºC – 1600ºC. Este punto de fusión está por debajo de las temperaturas de funcionamiento de las turbinas de aeronaves comerciales, por lo que los peligros a los que se enfrenta una aeronave en vuelo que se encuentra con nubes de cenizas volcánicas son en términos generales la abrasión y la fusión de estos materiales en las partes calientes de la turbina, ello se traduce en:
– Impacto sobre los cristales de los parabrisas que se desgastan y reducen considerablemente la visión.
– Desgaste de partes móviles del fuselaje.
– Fusión de la ceniza en los álabes de los motores, llegando a producir roturas de los mismos además de falta de eficiencia de los mismos.
– Introducción de partículas en los sensores de velocidad lo cual puede dar lecturas erróneas de velocidad.
¿Como se protege la industria de estas situaciones?
La aviación comercial y la autoridad (EASA) han establecido dos mecanismos de defensa que son complementarios. Estos mecanismos pueden reducirse en medidas de tipo organizativo, medidas operativas y medidas de monitorización y acción de aeronavegabilidad continuada.
Reglamento 965/2012 (AIROPS)
Estos peligros hacen que los vuelos en zonas de cenizas volcánicas deban ser evitados. En consonancia con este evidente peligro, la norma AIROPS de EASA, establece en su GM ORO.GEN.200 (a) 3[1] los requisitos que los operadores deben poner en funcionamiento en estos casos. Estos requisitos ponen en marcha los siguientes mecanismos:
- El operador debe desarrollar procedimientos documentados para la gestión de operaciones dentro de espacios donde existe una previsión de existencia de cenizas volcánicas.
- Limitar las condiciones para la realización de operaciones. Y debe incluir a todo el personal que puede verse afectado:
- Tripulaciones
- Responsables y personal con experiencia en tales entornos.
- Personal de aeronavegabilidad
- Personal de aeronavegabilidad que aporte procedimientos para evaluar la necesidad de realizar intervenciones de aeronavegabilidad continuada.
Después establece dos grandes bloques de acciones que deben desarrollarse para la situación en concreto.
Un bloque dirigido a la vigilancia de la evolución del volcán y sobre todo del movimiento de las nubes volcánicas.
Y otro dirigido al establecimiento de medidas de mitigación:
- Acciones del fabricante.
- Procedimientos de seguimiento de vuelo.
- Planificación de vuelos y rutas.
- Procedimientos para abortar operaciones o evitar zonas problemáticas.
- MEL adaptada a estas circunstancias.
- Standard Operation Procedure.
- Technical Log.
- Reporte de incidentes.
- Procedimientos de Aeronavegabilidad Continuada.
Safety Information Bulletin EASA 2010-17R7
Cabe destacar el Safety Information Bolletin[2] (SIB) publicado por EASA en 2010 y revisado en 2015. En el mismo determina varias recomendaciones que merece la pena recordad:
- Clasifica el espacio aéreo en tres niveles en función de la concentración de cenizas volcánicas (desde 0,2×10^-3 g/m3 hasta 2×10^-3g/m3, mayor de 2×10^-3g/m3 hasta 4×10^-3g/m3 y mayores de 4×10^-3g/m3), que luego sirve para la toma de decisiones de los operadores.
- Establece una base de datos de operadores con una Evaluación de Riesgos para estos casos.
- Recomienda que solo operadores con Evaluación de Riesgos para cenizas volcánicas puedan volar en zonas de más de 2×10^-3g/m3.
- Determina también una serie de medidas de Aeronavegabilidad Continuada independiente de lo establecido por el fabricante (TC holder).
Además de estas medidas hay otras basadas en el documento OACI Doc. 9974 (Flight safety and volcanic ash — Risk management of flight operations with known or forecast volcanic ash contamination).
Conclusión
A la vista de estos mecanismos y de las noticias que se van recibiendo, cabe concluir que los mecanismos de prevención de incidentes relacionados con cenizas volcánicas son eficaces y la estrategia es una estrategia global que integra Gestores de espacio aéreo, Operadores y Fabricantes es la base para una operación segura incluso en estos entornos. Una vez más es papel del regulador y de las autoridades aeronáuticas en cada pais velar por la aplicación de estos requisitos y ayudar y vigilar para su implementación.
Formación en Visionair
Como en otros artículos, cerramos recordándoos que cursos están relacionados con el contenido de este artículo:
Introducción a la regulación básica Europea (EASA BR)
Gestión del cambio. Fundamentos y aplicaciones
[1] https://www.easa.europa.eu/document-library/easy-access-rules/easy-access-rules-air-operations